martes, 8 de junio de 2010

Prosas Apáticas II

Ale,en sol menor
Baje por Grau hasta la plaza central de Barranco ya eran casi las tres de la mañana pero aún pasaba uno que otro micro .
El bullicio inicial había muerto y el flujo urbano regresaba a su cauce noctámbulo.
Conté las monedas que tenia con la esperanza de que alcance para regresar en un taxi ,pero me tuve que contentar con un par de cigarros . Subí al micro y me desplome en el asiento, mire por la ventana durante todo el camino ,y lo único que  resistía mi sueño era la conversación de un par de sujetos borrachos  (la clásica reafirmación de su amistad por encima de cualquier evento).

Finalmente llegue al cuartito donde vivía con Ale.

Era un apretadísimo cuarto en el tercer piso de un viejo caserón en la avenida Arequipa. Cuando buscamos donde mudarnos mi única ambición fue que el cuarto tuviese un baño decente y además me encanto el espectro gotico y la geometría del caseron  . Así que cuando encontramos este cuartucho a precio accesible mi agitación por la búsqueda disminuyo y terminé frustrando los intentos de Ale por conseguir algo mejor,  Lo cual naturalmente origino más de una estúpida disputa que no llegaría a ningún lado .

Entre despacito  al cuarto y susurre un hola que se diluyó en el recuerdo de que esa noche dormiría solo pues Alejandra pasaría la noche trabajando haciendo no sé que en no sé donde, me desvestí rápido y me eché tan naturalmente a mi usual lado de la cama que sentí un compromiso indefinible con el espacio que compartíamos, pero el sueño me obligó a  darle poca importancia este evento. Busque el olor de Ale en su almohada y me disolví en un sueño etéreo.

Ale había llegado a las 5 y a pesar de su felinÍsimo tacto ,me despertó por unos segundos que solo alcanzaron para saludarnos ligeramente .

Al otro día desperté alrededor de las once enroscado por el cuerpo de Ale .Por la ventana el sol brillaba con la clásica antipatía del clima limeño sin embargo, una brisa que entraba inflando y desinflando la cortina a un ritmo uniforme, refrescaba  toda la habitación . Mire un buen rato por la ventana mientras la sensación de estar despierto se asentaba en mi cuerpo , al rato los dos estuvimos despiertos .

Mientras ella se cambiaba para salir a comer note sus senos ajustando la camiseta de  Los Beatles que usaba para dormir y la desee .Hicimos el amor hasta la tarde y el hambre fue la que nos detuvo .Caminamos en silencio hasta la cabaña (un modesto menú que servía monumentales cantidades de comida a un precio que nuestro menudo presupuesto podía alcanzar) .

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